Ana Núñez
Son casi las 6 de la tarde en la soleada ciudad de Trujillo. Pocos minutos antes, el candidato de Gana Perú recorría los asentamientos humanos del distrito de La Esperanza. En menos de una hora debe tomar el avión a Lima para continuar su campaña. Humala se lava la cara y se prepara para las preguntas. Ya habrá tiempo para almorzar.
El Perú vive días de una fuerte polarización debido al proceso electoral, y lo más triste es que en lugar de evaluar qué candidato haría más por el país, el elector parece tener que decidir, una vez más, quién nos haría menos daño como nación...
No. Creo que la partición de aguas es en lo moral; en la corrupción que representa el fujimorismo en el país, y en un cambio –que representamos nosotros– en el cual una de las banderas es la honestidad. El proyecto que representa a la corrupción de la década de los 90 quiere hacer creer que hay otros temas, como el de la política económica, que deben dividir a los peruanos…
Cree que el tema que marca la cancha de esta elección es la corrupción, entonces...
Eso es lo fundamental… Estamos enfrentando a un proyecto que quiere mantener una política de seguir vendiendo el Perú, aunque esta venta no genere desarrollo. Para ellos la patria se vende. Para nosotros, se defiende. Ellos vienen con un sino de corrupción, de falta de respeto a la democracia y de pisoteo de los valores fundamentales.
Pero ellos dicen que Keiko no es Alberto Fujimori, y que no tiene por qué cargar con sus pasivos…
Eso es lo que tienen que decirle al elector… Yo no quiero meterme en una relación padre-hija, pero evidentemente Keiko y Alberto Fujimori son parte de un mismo proyecto político. La candidata a la que te que gobernó en los 90; todo su discurso es una apología al padre, su plan de gobierno son fotografías del padre y el local donde se toman las principales decisiones es la Dinoes, donde está el padre. Entonces, ¿cómo separarlos políticamente?
Ha dicho que no le cree a Keiko Fujimori cuando afirma que, de ser elegida, no liberaría a su padre. ¿Por qué?
Ella siempre ha declarado que su padre es inocente, y si cree que es inocente, para siempre será un acto de injusticia que esté preso… Pero ese es un tema que ella debe explicar al elector. A mí me preocupa buscar medidas para hacer que el crecimiento económico venga con inclusión social, para seguir ampliando el programa Juntos, para luchar contra la corrupción y la inseguridad ciudadana. Sabemos que si salimos elegidos, el pueblo no nos dará 30 días de tolerancia a partir del 28 de julio, sino que nos pedirá resultados al día siguiente.
Si Keiko Fujimori representa a la corrupción, ¿están yendo contra la moral del país quienes opten por esa candidatura?
Cada persona tiene derecho a elegir y, por eso, no podemos condenar la decisión que cada quien pueda tomar. Lo que podemos hacer es informar, porque hay una generación de peruanos que ahora son electores y que no vivió en carne propia la dictadura fujimorista. Creo que el pueblo va a reflexionar y nos dará la victoria en esta segunda vuelta.
¿Qué representaría el triunfo de Keiko?
Sería permitir que el fujimorismo cumpla su proyecto de gobernar el Perú durante 15 años. Tendríamos a un país gobernado desde la Dinoes y con la misma gente que ya gobernó durante esa época corrupta. Tendríamos a un país con un déficit moral y ético. Sería terrible. Los peruanos no nos merecemos eso.
Si es tan claro que no se debe regresar a la época oscura del fujimorismo, ¿por qué cree que a usted le está costando tanto liderar ese mensaje?
Porque hay una campaña millonaria y calumniosa para confundir al elector, y no plantear el verdadero dilema de este proceso, que es elegir entre la corrupción y la honestidad, si no hacer creer que la diferencia entre ambos proyectos son temas de plan de gobierno. Es una campaña calumniosa que busca engendrar miedo. La defensa de los valores y la democracia deben estar por encima, inclusive, del plan de gobierno.
Quizá hubiera ayudado que usted se desmarque de proyectos autoritarios, como el del venezolano Hugo Chávez, a quien nunca calificó de dictador...
Nosotros hemos deslindado de Chávez. Obviamente, nuestros adversarios políticos quieren que Chávez no salga de la agenda, pero hay que mirar las cosas con reflexión: Montesinos se refugió en Venezuela cuando ya gobernaba Chávez, Fujimori le dio asilo político a los militares que se levantaron en ese país, e incluso el (ex) canciller (venezolano) Rangel fue el único que defendió la reelección de Fujimori ante la OEA. Entonces, habría que analizar bien quién realmente tiene vínculos con Chávez.
Aun así se ha visto en la necesidad de entrar, prácticamente, en una cruzada para ganarse la confianza de la población...
Nosotros no pedimos que nos regalen la confianza, sino que nos den una oportunidad. Pero el adversario que tenemos, ¿qué confianza puede generar si es la misma gente que acompañó a un régimen corrupto que pisoteó la institucionalidad y los valores, y que fue liderado por el señor Fujimori, quien hoy está preso por ladrón y por violador de derechos humanos?
Sobre los lineamientos de un eventual gobierno suyo también hay algunas dudas. Sus rivales, incluso, dicen que no se sabe con cuál de sus tres documentos va a gobernar (Plan de Gobierno, Compromiso con el Pueblo, Hoja de Ruta)...
Nuestros adversarios quieren hacer creer que son tres documentos que no tienen relación, pero eso simplemente es parte de esa campaña de confusión. Nosotros sabemos que un documento es consecuencia del otro; es decir, hay un hilo conductor: la gran redistribución de la riqueza, que no es quitarle al que tiene, sino crear más riqueza.
¿Ese es el tema medular de los 3 documentos?
Por supuesto. Por eso defendemos Pensión 65, Cuna Más, la ampliación del Programa Juntos, Beca 18, el aumento salarial a 750 soles, la priorización del gas para el mercado interno… Dentro de ese esquema planteamos combatir la corrupción, la delincuencia, la inseguridad y generar la paz social que requerimos todos para el desarrollo.
Pero usted ha reconocido hoy que hubo cambios en sus planteamientos. Se han retirado, por ejemplo, temas controversiales sobre los medios.
Yo creo que no hay que tenerle miedo al cambio. No se puede pensar en concertar sin ceder nada. Nosotros estamos concertando con diferentes actores políticos y esos actores políticos no van a venir si uno se cierra en su propuesta política y dice “yo no la voy a modificar”. Los políticos responsables son aquellos que están permanentemente midiéndole la temperatura a país.
¿Hubo, entonces, un reconocimiento de que con el plan de gobierno inicial, Gana Perú no iba a poder ganar las elecciones, porque no iba a poder lograr el consenso necesario...?
Nos hemos dado cuenta de que la propuesta inicial de Gana Perú traía muchas críticas y oposiciones –algunas legítimas y otras que eran parte del plan de campaña de adversarios– y entendimos que era necesario dar un mensaje al país que pudiera aclarar esos puntos controversiales y, además, explicar cómo nos conduciremos de ser gobierno. Por eso hicimos el Compromiso con el Pueblo peruano. Ahora, el paso a la segunda vuelta plantea la necesidad de ampliar la convocatoria y por eso proponemos un gobierno de concertación nacional, y a eso obedece esta Hoja de Ruta que está acompañada de una serie de personalidades con las cuales no contábamos en primera vuelta. Estos documentos mantienen un hilo conductor, y estoy seguro que nos permitirán crecer en la aceptación nacional.
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