sábado, 26 de marzo de 2011

Keiko Fujimori y su pandilla: demonios del pasado

Keiko Fujimori y su pandilla: demonios del pasado

El dic­ta­dor y su suce­sora en el 2011


Hace algu­nas sema­nas la hija del dic­ta­dor Fuji­mori, hoy can­di­data a la Pre­si­den­cia de la Repú­blica por el movi­miento Fuerza 2011, dio a cono­cer la tota­li­dad de los nom­bres de los per­so­na­jes que la acom­pa­ña­rán en esta aven­tura polí­tica en con­di­ción de can­di­da­tos al par­la­mento nacio­nal. Como era de espe­rarse, la deci­sión final en torno a quién pos­tula y quién no trajo con­sigo una serie de cues­tio­na­mien­tos. Se comenzó a espe­cu­lar en cuanto a la supuesta venta de can­di­da­tu­ras y/o cobro o pago de cupos por un número en la lista. Ante esta ava­lan­cha de crí­ti­cas, y con el ánimo de apa­gar el fuego de manera inme­diata, tanto Keiko, como sus más cer­ca­nos cola­bo­ra­do­res se apre­su­ra­ron en des­men­tir todas y cada una de estas impu­tacio­nes. Al final del día la situa­ción parece haber vuelto a la calma en el par­tido del dic­ta­dor, y todos, como dirían algu­nos, al ritmo del chino y en este tiempo con la voz de fondo del “talen­to­sí­simo” Car­los Raffo, la reve­la­ción del karaoke en el Perú, han dado inicio a una nueva cam­paña electoral.

Es cierto que el pro­ceso de ela­bo­ra­ción de las lis­tas al con­greso ha estado pla­gado de dudas y cues­tio­na­mien­tos en todos y cada uno de los par­ti­dos y movi­mien­tos que hoy com­pi­ten. Sin embargo, han sido las lis­tas por Lima las que mayor enfren­ta­miento interno han gene­rado en cada agru­pa­ción.

Luego de ana­li­zar bre­ve­mente la con­for­ma­ción de las mis­mas de modo gene­ral, y encon­trar que en todas ellas, sin excep­ción alguna, la cali­dad de los pos­tu­lan­tes deja muchí­simo que desear, ya sea por la escasa for­ma­ción polí­tica y aca­dé­mica de los pos­tu­lan­tes, por los cues­tio­na­mien­tos en torno a su tra­yec­to­ria demo­crá­tica o por los víncu­los de algu­nos, no de todos, eso es pre­ciso afir­mar, con per­so­na­jes oscu­ros vin­cu­la­dos a la corrup­ción, o que por lo menos, siem­bran la duda en el elec­tor en torno a la inte­gri­dad y hones­ti­dad de los ahora can­di­da­tos, no cabe la menor duda que en esta com­pe­ten­cia tácita que al pare­cer han acep­tado fir­mar todas las tien­das polí­ti­cas de ofre­cer a la ciu­da­da­nía la lista más impre­sen­ta­ble de oto­ron­gos que el elec­tor pueda ima­gi­nar, la hija del dic­ta­dor, la señora keiko Fuji­mori, se lleva el pri­mer lugar de la con­tienda por muchos cuer­pos de ven­taja, yo diría por goleada. Revisemos.

Algu­nos ana­lis­tas han venido seña­lando a lo largo de los años que el par­tido de la señora Keiko Fuji­mori, no es sino la fachada legal de un pro­yecto per­so­nal o fami­liar que pre­tende hacer de los Fuji­mori una espe­cie de clan que busca afin­carse a per­pe­tui­dad en el Estado, ya sea en cargo, de pre­si­dente, como ocu­rrió con el dic­ta­dor, o con­gre­sista, como ha sido el caso de la señora Keiko o el her­mano del dic­ta­dor, el señor San­tiago Fuji­mori. Para negar todo ello, Keiko ha seña­lado muchas veces que eso no es así, que su “amor por el puro es puro y sin­cero”, y que es esa, y no otra, la razón que motiva su legí­tima aspi­ra­ción de lle­gar a la pre­si­den­cia de nues­tro país. Sin embargo, y como para hacer­nos recor­dar que la cohe­ren­cia en la can­di­data no es una de sus cua­li­da­des más pre­cla­ras, a ella y a la sarta de oli­go­fré­ni­cos que com­po­nen su dis­pa­ra­tada com­parsa, no se les ocu­rrió mejor idea que otor­garle a Kenyi, el menor de los hijos del dic­ta­dor, el número 3 en la lista congresal.

Siendo ello así, la pre­gunta en todo caso es la siguiente ¿Cuál es el mérito, per­so­nal, aca­dé­mico, polí­tico, pro­fe­sio­nal, o de algún otro tipo que exhibe el her­ma­nito menor de Keiko para ser pre­miado con tre­mendo nume­rito?

La res­puesta es una sola, y se resume en una sola pala­bra, NINGUNO. Enton­ces, a los ciu­da­da­nos, sólo nos queda espe­cu­lar. Kenyi, diría yo, se ha ganado su lugar en la lista por cua­tro razo­nes fun­da­men­ta­les: por su talento para repar­tir calen­da­rios con la tofo de su her­ma­nita, por su esfuerzo por apa­re­cer como un bra­vu­cón al momento de defen­der la inocen­cia de su padre, esfuerzo inú­til si uno recuerda la imi­ta­ción de Car­li­tos Álva­rez, por su habi­li­dad para entre­te­ner a los perros, basta recor­dar los videos en los cua­les mos­traba su amor por los ani­ma­li­tos que ladran, y por sobre todas las cosas, el mérito de Kenyi, la razón que lo hace acree­dor a este pre­mio es:

su ape­llido. Así es seño­res, y no nos haga­mos los ton­tos, así como Keiko explotó la figura de su padre, y le sacó el jugo al ape­llido del dic­ta­dor, Kenyi, en esta opor­tu­ni­dad hará lo mismo. Kenyi cree que dando algu­nos besos y abra­zos por aquí y por allá, dando algu­nos bai­le­ci­tos en cuanto asen­ta­miento humano visite, el día de las elec­cio­nes logrará su obje­tivo. Lo triste seño­res es que a pesar de las crí­ti­cas los perua­nos ten­dre­mos que soplar­nos la cara de Kenyi durante cinco lar­gos años. Se ima­gi­nan a Kenyi dis­cu­tiendo temas vin­cu­la­dos a la reforma cons­ti­tu­cio­nal con la flui­dez oral y su atil­dado verbo que lo carac­te­riza, esas inter­ven­cio­nes serán de anto­lo­gía. Yo les doy un con­sejo, esas imá­ge­nes solo serán dige­ri­bles con una buena dosis de limo­nada Mar­kos, el mejor pur­gante que conozco.

Pero como las cosas en el Perú siem­pre pue­den estar peor, a la figura de Kenyi, se suman la de tres polí­ti­cos con “amplia expe­rien­cia”, con una bri­llante for­ma­ción polí­tica, con una hoja de vida que a todos los perua­nos nos debe brin­dar garan­tía de exce­len­cia y cali­dad en la labor par­la­men­ta­ria A estos “nota­bles” per­so­na­jes los men­cio­naré uno a uno.

Con el número 6, Gian Carlo Vac­che­lli, más cono­cido con el ape­la­tivo de “el ange­lito del 11”. No tengo nada per­so­nal con­tra Gian Carlo, creo que es un tipo honesto y bien inten­cio­nado, dema­siado diría yo.

En el pasado, dejó que el siem­pre desa­ti­nado y homo­fó­bico Ricardo Bel­mont explo­tará su con­di­ción de per­sona con capa­ci­da­des limi­ta­das, luego de haberse hecho cono­cido por par­ti­ci­par en un pro­grama con­curso en donde el tema cen­tral eran los mun­dia­les de fút­bol. Ahora vuelve a caer en el error, y le da la opor­tu­ni­dad a Keiko de apa­re­cer ante la mul­ti­tud, como la santa patrona de las per­so­nas con dis­ca­pa­ci­dad en este país. Gian Carlo, her­mano, por qué no le pre­gun­tas a Keiko si durante estos 5 años, ella o alguien de su grupo par­la­men­ta­rio pre­sen­ta­ron algún pro­yecto de ley en este tema, y cuál fue el des­tino del mismo. La res­puesta ya la conoces.

Con el número 8, Julio Gagó, un señor de bigote ridículo al cual vemos apa­re­cer luego de la media noche en nues­tras pan­ta­llas de T.V, siem­pre pro­mo­cio­nado el lucra­tivo nego­cio que lo ha con­ver­tido en un can­di­dato estre­lla para Keiko. Se dice que más allá del talento tele­vi­sivo, y el poder comu­ni­ca­cio­nal y de con­ven­ci­miento que este “ven­de­dor de foto­co­pia­do­ras” tiene, su ver­da­dera habi­li­dad es la de cola­bo­rar “desin­te­re­sa­da­mente”, con algún que otro dona­tivo eco­nó­mico a la cam­paña de Keiko. Dicho de otro modo, el señor Gagó se hizo del número 8, no gra­cias a su for­ma­ción per­so­nal, ni a su reco­no­cida capa­ci­dad legis­la­tiva o sus años de tra­bajo polí­tico, o su recién des­cu­bierta ideo­lo­gía fuji­mo­rista, el señor Gagó tiene el número 8, pues tiene una bille­tera tan gorda que no le cabe en el pantalón.

Con el número diez, es el turno de pre­sen­tar, a la ex capi­tana de la selec­ción de vóley de nues­tro país, la dis­tin­guida Leyla Chihuán. Repito lo dicho ante­rior­mente al hacer refe­ren­cia al “ange­lito”, no tengo nada con­tra Leyla, es una depor­tista valiosa, su esfuerzo es reco­no­cido por todos los que hemos segui­dos los par­ti­dos del selec­cio­nado patrio, pero de allí ha que­rerla con­ver­tir en con­gre­sista eso ya me parece un exceso. Me ima­gino un debate con­gre­sal en el cual ella, haciendo gala de su verbo flo­rido y su voca­bu­la­rio vic­to­riano, no por las puras es cono­cida como la “boquita de cara­melo del vóley” le mande un sobe­rano carajo o un puta madre a quien esté en el uso de la pala­bra, y comience a gri­tar ¡vóley peruano, vóley peruano, 8 veces cam­peón sud­ame­ri­cano!, quiero pre­su­puesto para la Fede­ra­ción de vóley, carajo. La seño­rita, la capi­tana parece haberse con­ta­giado de estu­pi­dez. Ser con­gre­sista de la repú­blica no es un juego a cinco sets, se requiere algo más que buena volun­tad y un con­junto de fra­ses hechas y sin con­te­nido como ¡yo no soy corrupta! o ¡yo sí tra­ba­jaré por el deporte! para desem­pe­ñar con dig­ni­dad tan impor­tante cargo.

Pero ella no es la única, en las demás agru­pa­cio­nes tam­bién se esfuer­zan por con­tar con su volei­bo­lista, y mejor si fue meda­lla de plata en Seúl. A este paso, como dijo hace algu­nos días el genial Heduardo: “Nues­tro pró­ximo Con­greso no ser­virá para legis­lar; pero podrá ganarle un par­tido de vóley a cual­quier Con­greso del mundo”. Gra­cias keiko por sumarte a esta cru­zada, a este paso vamos a ter­mi­nar colo­cando una net en el medio del hemiciclo.

Y para ter­mi­nar, por­que sin­ce­ra­mente este cora­zón no aguanta más, como dice el vals. A los juga­do­res de fuste del fuji­mo­rismo, los top ten, los más más, los inven­ci­bles, o mejor dicho los incom­pren­si­bles, se los pre­sento a con­ti­nua­ción. Tene­mos en la lista en un pri­mer grupo a Car­los Raffo, el otrora publi­cista de Fuji­mori, ojo publi­cista en la época en la cual Vla­di­miro hacía y des­ha­cía en Pala­cio de Gobierno, que no nos venga a decir ahora este minus­vá­lido men­tal, este guar­dián de bur­del, por­que en eso con­vir­tió al Perú Fuji­mori durante sus diez años de dic­ta­dura, que nunca supo de la sarta de deli­tos de corrup­ción que se come­tían desde y en el Estado. Ahora señor Raffo, explí­quele al país que usted no sabía de donde pro­ve­nían los fon­dos para la cam­paña millo­na­ria de reelec­ción de Fuji­mori en el 2000. A Raffo, lo acom­pa­ñan Luisa Cucu­liza y la doc­tora Martha Hil­de­brandt.

Las dos seño­ras mere­cen mi res­peto. Uno puede dis­cre­par polí­ti­ca­mente con ellas, pero quiero pecar de inge­nuo, y creer en su buena fe o su poca agu­deza polí­tica. Ellas cre­ye­ron en Fuji­mori, y fue­ron lea­les hasta el final. Aun­que a veces, durante los últi­mos años han des­lin­dado res­pon­sa­bi­li­dad en muchos temas. Lucha es joven y si se la com­para con el resto de fuji­mo­ris­tas es de las menos nau­sea­bun­das. Pero la doc­tora, y esto no es una dis­cri­mi­na­ción vedada, debió dar el paso al cos­tado, para qué seguir en el Con­greso, luego no se queje cuando la fil­man haciendo la siesta en pleno debate con­gre­sal. Los años pasan, las fuer­zas no son las mis­mas, y ella lleva sobre los hom­bres ya bas­tan­tes calendarios.

Y como plato de fondo, el retorno de las super­po­de­ro­sas, así las bau­ti­za­ron y parece que el ape­la­tivo no les inco­moda. Este tri­dente ofen­sivo, este trío de fie­ras, está com­puesto por Martha Chá­vez, Luz Sal­gado y Car­men Lozada. Sobre ellas qué decir si tan­tas cosas ya se han dicho. Sólo recor­dar la manera infame cómo apo­ya­ron el golpe del 5 de abril, la per­se­cu­ción de polí­ti­cos y perio­dis­tas que no se arro­di­lla­ron frente al dic­ta­dor, su com­pli­ci­dad con la ley de amnis­tía a favor de los ase­si­nos de hom­bres y muje­res muer­tos en Barrios Altos y La Can­tuta, su voto a favor de la segunda reelec­ción de Fuji­mori, su con­curso cana­llesco y su voto a favor de la des­ti­tu­ción de los magis­tra­dos del Tri­bu­nal Cons­ti­tu­cio­nal por haberse atre­vido a decla­rar incons­ti­tu­cio­nal la ley de inter­pre­ta­ción autén­tica que le per­mi­tía al dic­ta­dor seguir con­vir­tiendo al país en una cloaca por cinco años más, su apoyo a la deli­rante y anti­de­mo­crá­tica idea de reti­rar al Perú de la com­pe­ten­cia con­ten­ciosa de la Corte Inter­ame­ri­cana de Dere­chos Huma­nos, su con­tri­bu­ción a la bajeza con la cual el régi­men le quitó la nacio­na­li­dad a Baruv Ivcher, des­po­ján­dolo de sus pro­pie­da­des, bie­nes y su canal de tele­vi­sión, para con­ver­tirlo en una caja de reso­nan­cia de la dic­ta­dura que bai­lando al ritmo del chino se sumaba a la lista de medios com­pra­dos por Fuji­mori y Mon­te­si­nos.

Y claro está, sus afa­nes por defen­der al pró­fugo Fuji­mori, luego que apro­ve­chando una visita pre­si­den­cial al extran­jero, renun­ciara por fax a la pre­si­den­cia de la repú­blica como el peor de los cobar­des. Ahora ellas dicen que igno­ra­ban muchos de los horro­res come­ti­dos en aquel tiempo, que la culpa exclu­siva es de Mon­te­si­nos, que el dic­ta­dor Fuji­mori no sabía nada. Seño­ras ¿Acaso creen que todos los perua­nos somos estú­pi­dos que ves­ti­mos de polo naranja?

Luego de esta breve revi­sión a la lista de con­no­ta­dos per­so­na­jes que Keiko, la hija del dic­ta­dor, nos ofrece en el menú con­gre­sal solo nos resta decir lo siguiente: gra­cias Keiko, gra­cias por traer a toda la pan­di­lla Fuji­mori de vuelta. Gra­cias y mucha suerte. Ahora la cabe­ci­lla de esa banda eres tú.

Blog del autor www.agoraabierta.blogspot.com

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